OPINIONES, NO MI REALIDAD

Por Ángela López

Las palabras acarician dulcemente o golpean cruelmente, eso es un hecho. Hace un par de años alguien me dijo que, “aunque yo me creía inteligente, en realidad no lo era” y, que además, “era una mujer débil”.  No niego que fueron palabras difíciles de asimilar, sin embargo, cuestioné internamente esas afirmaciones. ¿Eran verdades absolutas lo que esta persona decía?  ¿O, simplemente, se trataba de comentarios de alguien que pretendía lastimar mi autoestima? Al preguntarme esto, de cierta manera, le quité el poder a alguien de contaminar mis pensamientos. 

Imagino que ustedes también han pasado por situaciones similares, donde han tenido que poner en tela de juicio, las opiniones descaradas y malintencionados de otros.  Cada uno de nosotros hemos saboreado un “eres genial”, así como también, un “no eres valioso(a)”.  Paradójicamente, muchas veces, no necesariamente es alguien a nuestro alrededor quien nos puede hacer daño con sus declaraciones, sino que somos nosotros mismos quienes nos maltratamos psicológicamente durante esos interminables diálogos internos.

Cuando una persona te ama, puedes verlo en su mirada, puedes sentirlo en sus caricias, puedes escucharlo en sus palabras, y puedes confirmarlo por sus hechos. A esto es a lo que yo llamo “el paquete completo”.  Si falta algún ingrediente, desestimo la veracidad de ese amor profesado hacia mí.  De igual manera, esto aplica a la relación que sostenemos con nosotros mismos(as).  Si dices sentir amor propio, entonces, de las aproximadas 414.800 palabras del diccionario (Oxford English Dictionary), ¿Cuántas conoces para referirte positivamente sobre ti mismo(a)? Y, ¿Cuántas conoces para referirte despectivamente sobre ti mismo(a)?

Los adjetivos que utilizamos para representarnos, ponen de manifiesto la manera en cómo vemos al mundo. Esto quiere decir que, si te defines como “incapaz”, entonces, para ti los demás serán como tú te juzgas internamente, una partida de “ineptos”.  Pero, si por el contrario, utilizas el adjetivo “talentoso” para describir quien eres, probablemente, empieces a ver el talento en otras personas. Por eso, respetando tu creencia religiosa o no, te comparto una frase poderosa que hallé en el evangelio de Mateo 12:34, “…de la abundancia del corazón habla su boca”.   

La libertad para expresarnos termina cuando la autoestima de los demás empieza. No es “humano” lanzar expresiones de odio hacia tus semejantes, eso es tan solo otro disfraz de la violencia.  Y recuerda, dicha rudeza empieza contigo mismo(a), si te autolastimas, no le ofrecerás al mundo una alegría más, sino que le infligirás una herida más. No obstante, si a pesar de tener una amorosa visión sobre tu persona y tu entorno, te sigues sintiendo maltratado(a)… ¡Guarda tu fragancia a pesar del hedor! Nunca renuncies a tu propia belleza por las interpretaciones ofensivas de quienes te rodean.

Le dedico este pequeño cuentecillo a quienes se sienten agobiados por la crueldad de otros:

En el mágico reino de Interiorlandia tuvo lugar el baile anual de las emociones y los sentimientos. En la alfombra, se destacó la Envidia por llevar un brillante vestido amarillo largo que, casualmente, era igual al de la Bondad. El Odio, como de costumbre, destiló su veneno por doquier. Sin embargo, quien dejó perplejos a invitados y espectadores fue la Esperanza, quien había cambiado su tradicional color verde por el negro. La Curiosidad haciendo honor a su nombre le preguntó: “Esperanza, ¿estás enferma? Ella sonriendo le respondió: no, simplemente me vestí de noche para que ella nunca me pierda en medio de su oscuridad.”

7 comentarios sobre “OPINIONES, NO MI REALIDAD

  1. Es exitante esta expresión de amor, pues pensé que al final estaría en sufrimiento al verme reflejado. Sin embargo al la esperanza vestirse de negro, todas las estrellas del firmamento obscuro brillaron en mi alma al saber que soy el abismo eterno donde la luz brilla para siempre.

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  2. [Iba a comentar una «cosa», pero por alguna razón (que ni yo lo se) no lo hice; creo que mi subconsciente me hizo «detenerme»… Al bajar hacía tu biografía ya ente dí todo.]

    Primero que nada quiero confesar que me gusta tu lema (tu filosofía de vida) en segundo lugar, escribes muy bien y de manera profesional (e de allí mi «despiste») y en último lugar y mi favorito:
    Te puedo decir que me identifico con casi todos los ejemplos mencionados. Es más, en muchas ocasiones me han herido con sus palabras personas queridas y ni siquiera se han dado cuenta.
    En algunos momentos de la vida y según quien y como te afirma algo lo más sabio es preguntarte ( porque lo ha dicho ). Es por eso que me identifico con este mensaje tuyo.
    Aparentemente una ofensa se vuelve una lección.
    Ángela, m ha gustado mucho tu artículo.

    P.D – no se si es apropósito o una simple casualidad: «interesante» artículo para una fecha como San Valentin. 😅

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    1. ¡Hola Georgio!

      Agradezco tus palabras y me alegra que este artículo te haya gustado.

      ¡Gracias! Mi filosofía de vida me sirve para no olvidar lo realmente importante en un mundo repleto de distracciones.
      Tienes razón, las personas a veces suelen herirnos y ni se dan por enteradas; de hecho, nosotros también podemos lastimar a los demás sin la intención de hacerlo. Por eso, me parece muy apropiado que te preguntes el porqué alguien te ha dicho cierta cosa que te incomoda. De esta manera, te evitas mucho tiempo sumergido en pensamientos incorrectos que podrían llevarte a emociones como la tristeza y la rabia. «Una ofensa se vuelve una lección»…¡Mejor no se habría dicho!

      P.D – Fue una simple casualidad. Aunque dicen que las casualidades no existen. ;D

      Un saludo y fuerte abrazo desde Colombia.

      Ángela.

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