Todos alguna vez hemos deseado tener una vida perfecta; una vida donde la tristeza, el rechazo o el fracaso sólo fueran parte de un sueño inexistente … la verdad es que todos tenemos batallas internas en diferentes terrenos, pasar por momentos difíciles es lo que humaniza nuestro espíritu, aunque en muchos momentos estos retos pueden llevarnos al límite; es así como nuestra vida empieza a tornarse de un color gris oscuro … el enfoque se pierde, quisiéramos simplemente rendirnos. Hasta podríamos llegar a tal punto de decirnos a nosotros mismos: “¡No puedo!… ¿Qué hay de malo en rendirme?”. Nos comparamos con otros y luego, imaginamos cómo sería nuestra vida bajo otras circunstancias… y es justo ahí, donde empezamos a condicionar nuestras vidas con frases como: “si yo fuera”, “si yo tuviera” … entonces … “sería feliz”, “mi vida sería perfecta”. ¡BOOM!… El juego de condicionar la felicidad acaba de dar inicio…DEPENDE DE …
¿Es cierto que la felicidad depende de …?… Una de tantas preguntas que a lo largo de la vida nos hacemos. Movidos por el deseo de encontrar respuestas, nos embarcamos en la búsqueda del propósito de nuestra existencia. Debido a nuestro espíritu inquieto, una pequeña chispa puede desencadenar incontables preguntas que, en la mayoría de los casos, nos llevan a cuestionar todo nuestro universo interno. He de confesar que … ¡Yo no soy la excepción! También he estado buscando respuestas; a veces en libros, otras en cambio; por medio de introspección con mi ser interior y en otras ocasiones, aprendiendo de mentes maravillosas. En el camino que decidí andar, he estado aprendiendo que la respuesta soy YO. Desde mi punto de vista muy subjetivo -he de mencionar- he imaginado que el tomar decisiones es similar a una llave maestra en nuestras manos. Con ella, tenemos el poder de abrir las más fantásticas e inesperadas emociones.
Entonces, si soy yo quien da uso a la llave, esto significa que mi felicidad está sujeta única y exclusivamente a lo que yo decido sentir. Soy el responsable del significado que le doy a cada puerta que abro en mi vida; quien decide que una emoción empodere o destruya soy yo. El resultado final de mi vida… DEPENDE DE MI, de cuántas pautas mentales estoy dispuesto a re-diseñar en cada ocasión que uso “mi llave”.
En este viaje que haré con ustedes, pretendo compartir una visión que nos ayude a ver el mundo desde una perspectiva de crecimiento y no de juicios. Juntos, ser capaces de apreciar la belleza en cada paso que damos, incluso cuando atravesamos los terrenos más inhóspitos y rocosos … ¡sí! … ver cómo la esperanza va surgiendo desde una completa oscuridad hasta llegar a convertirse en una destellante luz, con el poder de hacernos crecer y trascender más allá de nuestras propias creencias sobre la felicidad. Al fin y al cabo, es gracias a la oscuridad que podemos ver el brillo de las estrellas. Así que, ¡ánimo estrella! … ¡la oscuridad está ahí para que la eclipses!
ÁNGELA LÓPEZ, Autora.
Excelente!
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Gracias maestro !!!
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