¿Eres feliz o exitoso? ¿O puedes ser ambos al mismo tiempo? Yiruma es uno de mis pianistas favoritos, sus interpretaciones tienen el poder de inundar de gracia y belleza mi espíritu. Lo que más me gusta de él es ver cómo rompe el silencio dándole vida al piano. ¿Cómo logra ese efecto en personas como yo? Sin duda alguna, él es feliz creando música. Mi madre tiene la facultad de comprender el complejo mundo de sus cinco hijos. De hecho, ella sabe cuáles son las palabras adecuadas y en qué momento deben ser dichas para ayudar a cada uno de ellos, ¿Cómo puede hacerlo? Indudablemente, ella es feliz fortaleciendo a sus hijos. Tanto el famoso pianista como mi adorada mamá son felices en lo que hacen y esto los lleva a obtener resultados exitosos. Ahora bien, ¿qué es el éxito?
El éxito es un estado mental, que se ve reflejado por emociones tales como “el logro” y “la tranquilidad”. Por ejemplo, cuando alcanzamos algo que nos habíamos propuesto nos sentimos tranquilos y satisfechos por ello. Esto a su vez, nos permite sentirnos felices. No obstante, es importante recordar que, si queremos experimentar la felicidad a largo plazo, ésta debe estar conectada a un propósito firme que nos lleve a comprometernos. De esta manera, creamos una fuerza inquebrantable para superar obstáculos. Observemos aquellos matrimonios cuyo vinculo permanece intacto a pesar de los años…si les preguntas cual es el secreto; escucharás respuestas tales como “la compresión,” “el amor,” “el respeto” o “el perdón.” Sin embargo, existe un mismo factor que los impulsó a sobrellevar las adversidades a través del tiempo. En realidad, es “ese por qué decidieron casarse” el que les ha permitido recordar el compromiso que hicieron en el altar. Así es, cuando el objetivo es sustentando por un sólido “por qué”, el compromiso tocará a tu puerta.
No tienes que separar el éxito de la felicidad, pues ambos se retroalimentan debido al propósito que los une. Por esa razón, podría afirmarse que cada persona tiene una historia exitosa que merece la pena ser escuchada. Puede ser aquel campesino cuyo humilde deseo por cultivar los alimentos lo hace levantarse alegremente a las 4:00 AM. Puede ser aquel doctor que pasa 24 horas de su tiempo en sala de emergencias porque se siente feliz de vivir en armonía con su vocación. O puede ser aquel actor apasionado que se pone en la piel de su personaje para darle vida a su interpretación. Por otro lado, estás tú; ¡sí!… tú también tienes una feliz historia de éxito por contar. No subestimes tu vida, hay mucho que aprender de ella… ¡créeme! Empieza a valorarla, para que puedas mejorarla.
Así como no tienes que escoger entre El Sol o La Luna, tampoco tienes que escoger entre el éxito y la felicidad, puedes tenerlos a ambos si tu así lo decides. Una vez definas tu misión y te comprometas con ella empezarás a mejorar habilidades que te ayudarán a cambiar tu panorama emocional rápidamente. Además, podrás modificar o liberarte de tus reglas limitantes. Y finalmente, desarrollarás paciencia en los procesos. Es así como te fortaleces para demostrar con hechos que el camino del éxito ya estaba hecho para ti desde antes que tú nacieras. Definitivamente rendirse no encaja en tu grandeza, definitivamente el éxito combina muy bien con tu felicidad.
ÁNGELA LÓPEZ, Autora.
Muy interesante esta entrada. Si me permites un breve comentario…, yo soy feliz por aproximación, es decir, que estoy cerca de quienes son felices y eso me hace feliz.
Un abrazo.
https://ernestocapuani.wordpress.com/2018/02/12/novela-la-sombra-de-los-artistas-espero-que-os-agrade-su-lectura/
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Es una maravillosa forma de vivir la felicidad. ¡Bendiciones!
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