Cuando el despertador suena… nos dice que es el momento de seguir soñando, pero esta vez con nuestros ojos bien abiertos. Las razones que nos motivan a ponernos de pie pueden ser innumerables, sin embargo, existe una lo suficientemente poderosa: Ha nacido una nueva oportunidad para re dirigir y re construir nuestras vidas. Ahora bien, si realmente queremos producir esos resultados que nos permitan crecer, es preciso crear los estados mentales que nos lleven a conseguirlos. ¿Y cómo lograr esto? Podríamos empezar con conectar con la gratitud. Vivir en un estado de agradecimiento, nos ayuda a valorar el ahora. Para ello, imaginemos que el pasado es como el alba, indica el punto de partida del día. El futuro es como el ocaso, indica la culminación del día. Pero, ¿Qué ocurre en medio de ellos? El día, “el hoy».
Saber qué enfocar es vital, aunque, saber qué desenfocar también lo es. Nuestro pasado debe ser enfrentado, perdonado y usado como fuente aleccionadora, pero enfocarnos en él nos impide avanzar. Por eso, si ya perdonaste tu pasado, ¿por qué seguir viviendo en él? Por otro lado, es fundamental tener metas, sueños y proyecciones, pues es la forma como crecemos, pero vivir en un futuro inexistente crea el efecto contrario, es decir, nubla la visión. Así que, si ya tienes objetivos claros y, además, eres flexible con el plan para conseguirlos, ¿por qué no atreverse a vivir en el ahora? Renuncia a vivir en “modo automático”. Acaba con la ilusión del “ego” que se aferra a un pasado que ya no existe y a un futuro que aún no es. Recuerda que tu realidad es el resultado de la interpretación que le das a lo que te sucede, eso significa que ves el mundo como lo quieres ver. De ahí la importancia de desenfocar aquellas pautas de percepción limitantes y, enfocar, más bien, en un estado óptimo de gratitud para de esta manera, generar nuevas creencias que permitan filtrar un significado capacitador sobre tu vida.
Por ejemplo, usar el “microscopio mental” para observar detenidamente aquellos errores del pasado, no hará que lo cambies. Vivir tu vida en el comienzo de tu historia, te hará experimentar frustración, porque estableces la creencia que no fuiste como querías ser. Por otra parte, recurrir compulsivamente al “telescopio mental” para visualizar el futuro distante, no hará que estés en él. Vivir tu vida en el final de tu historia, te hará sentir ansiedad, porque estableces la creencia que necesitas mucho más tiempo para ser quien realmente te gustaría ser. De modo que, enfocarnos en tiempos que no están bajo nuestro control, es darle a nuestro ego una excusa para justificar su miedo a vivir en el presente.
Entonces, es preciso desvincularte emocionalmente de tu ego manipulador, y darle la oportunidad a tu “ser” de vivir en el esplendoroso presente. Respóndete: “¿Por qué te sientes agradecido hoy?” Haz una lista, luego da las gracias por cada una de ellas. De hoy en adelante, al abrir tus ojos, ubica tu mente en lo bendecido que eres y usa esto como motor para continuar avanzando. Vivir en un estado de gratitud permite establecer pensamientos que te hacen consciente de quién eres, agudizan tu visión y moldean un carácter imparable. Además, en este nuevo estado de consciencia entenderás con alegría que “tu ‘ser’ ya está aquí presente”. Por lo cual, si deseas tener un futuro diferente a tu pasado, es preciso cambiar tu presente. Eres un diseñador por naturaleza, así que no te conformes con el boceto inicial, pero tampoco pretendas tener tu producto final sin un proceso, aprende a disfrutar cada trazo que vas haciendo a tu obra maestra llamada vida.
ÁNGELA LÓPEZ, Autora.